El desafío de la independencia energética
Titulares como “Canarias marca un nuevo horizonte”, “Las renovables canarias baten récords este año” o “Nuevas ayudas para evitar el uso de energías primarias en las islas” , hacen que el Archipiélago se encuentre encabezando las listas de comunidades autónomas españolas dotadas de un alto porcentaje de disminución de gases contaminantes.
Estas energías que cuidan el planeta y que son creadoras de todos los cambios que necesitamos para la ansiada transición ecológica, aún tienen mucho camino por recorrer pero cada vez lo hacen a mayor velocidad.
Continuamente, un mayor número de empresas privadas, colectivos y organismo públicos, apuestan por fomentar inversiones para la mejora en cuestión de sostenibilidad.
En el instituto tecnológico de Canarias, se trabaja sin descanso para posicionarnos como región energética en desarrollo.
No es ningún secreto, que las grandes cualidades de las islas atraen a muchos científicos a lo que podemos llamar: nuestro gran laboratorio natural, el cual dispone de todos los medios necesarios para generar un avance.
Uno de los ejemplos más claros sobre los que se sostiene este empeño por la sostenibilidad, es la Isla del Hierro.
La primera capaz de autoabastecerse gracias a la combinación de las fuerzas de la energía eólica e hidráulica. A diario, el Hierro realiza una demostración real de que es posible que en un futuro cercano se pueda exportar su sabiduría y aplicarla en territorios mucho más extensos.
No solo abastece a su población, si no que deja de generar gran cantidad de sustancias que dañan al entorno, minimizando así las emisiones y la huella de carbono.
En el plan de desarrollo sostenible de la Isla más meridional del territorio se encuentra perfectamente estructurado con un sistema de ensamblaje en el que las piezas se compenetran y se apoyan entre sí, para crear resultados tangibles.
Depósitos de agua, centrales de bombeo y de turbación, un parque eólico y una subestación eléctrica que conecta todo lo anterior. Los beneficios son incalculables en tan solo pocas horas.
Este desafío muestra que es posible trabajar para generar un sistema energético independiente que aporte todas las soluciones necesarias para evolucionar sin causar más daños al planeta.