Apicultura ¿Edad de oro o peligro de extinción?
Como indicamos en el artículo “la apicultura. Un enjambre de posibilidades”, esta actividad aporta un sinfín de beneficios. Desde los que supone para el medio ambiente hasta los que hacen referencia a la actividad económica, manteniendo al mismo tiempo, una antigua tradición milenaria.
Su recolección no ha parado en ningún momento de la historia desde hace más de 5.000 años, pero es ahora cuando podemos afirmar que: la apicultura se ha puesto de moda y tenemos datos que lo confirman.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el número de colmenas que se encuentran en el censo ha experimentado un aumento considerable en España y estos datos superan al resto de países europeos.
Pero por otro lado, desde el sector se reclama una especial atención con ayudas y subvenciones, ya que ofrecer un producto de calidad requiere un alto nivel de inversión inicial y de mantenimiento.
De ahí la ambigüedad de no tener claro en qué punto se encuentra el mundo de las abejas ¿En auge o peligro de extinción?
Las explotaciones dedicadas a la apicultura suelen tener varios inconvenientes que afectan al desarrollo óptimo de la actividad.
Uno de ellos es el llamado “monocultivo”. Dedicar una extensión de terreno a un solo cultivo tiene muchas ventajas que hacen que sea una de las opciones mas utilizadas en la agricultura, como pueden ser: la obtención de un mayor rendimiento, la facilidad de gestión, la exterminación de plagas, etc.
En cambio, para agentes polinizadores como las abejas, suponen un serio problema. Los suelos de los terrenos monocultivo son pobres en nutrientes y esto conlleva una escasez de alimentos para las mismas, afectando a su alimentación y por tanto a la calidad de la colmena.
Otro de los enemigos de las abejas es el ácaro Varroa, que ataca principalmente a abajas obreras y zánganos. Los fitosanitarios orgánicos que se utilizan para atacar a esta plaga suponen altos costes que supondrían un encarecimiento del producto final.
A esto le sumamos el poco conocimiento que existe en el sector veterinario, para tratar estos insectos.
Las soluciones a toda esta serie de inconvenientes es trabajar en conjunto con las administraciones públicas y así poder llegar a acuerdos como el de
reforzar las directrices relativas a la ley de precios y de etiquetado y pureza de la miel.
Lo más importante para que el sector de la apicultura prolifere adecuadamente, es crear conciencia entre los consumidores de la dificultad del proceso y la exclusividad que supone poder consumir una miel de categoría, junto con el resto de derivados de las colmenas.