Una forma creativa de reciclar: diseñadoras italianas crean tela similar a la seda con cascaras de naranja
Las cáscaras de las naranjas son un subproducto que ahora es usado para fabricar un tejido ecológico y sostenible. Un tejido que en un alto grado de pureza es similar a la seda que ya es usado por diseñadores de lujo en el competitivo mundo de la moda. Hablamos de Orange Fiber.
Las cáscaras de la naranja están siendo usadas para crear un tejido ecológico de gran calidad. Esta iniciativa comenzó en el año 2017 de la mano de las italianas Adriana Santanocito y Enrica Arena, en la ciudad de Catania. Este producto ya ha sido utilizado para el diseño de ropa por la marca de alta costura de Salvatore Ferragamano.
La planta piloto extrae la fibra de celulosa de la cáscara de naranja y otros residuos a través del uso de reactivos químicos. Las fibras se transforman en hilo, usado para hacer un tejido biodegradable, comparable en características con la seda.
Cuando se usa en la forma más pura, los hilos pueden llegar a ser muy suaves. También son ligeros y pueden ser opacos o brillantes según los requerimientos de la prenda que se quiera fabricar.
La empresa ha recibido patentes internacionales y varios reconocimientos. En el año 2016 H&M le concedió un premio de 150.000 euros para la mejora de los procesos de producción y ampliación de la compañía.
Según la empresa, cada año, sólo en Italia, se generan 700 mil toneladas de residuos cítricos por parte de la industria de los zumos de frutas, es decir, sobrará la materia prima para fabricar todo el producto que se necesite. Una materia prima que es gratis, ya que esos residuos ahora mismo generan gastos a las empresas.
Orange Fiber.
La Fibra Naranja es un textil que se obtiene extrayendo la celulosa de las fibras que se desechan del prensado y procesamiento industrial de las naranjas. La fibra, a través de técnicas de nanotecnología, también está enriquecida con aceite esencial de cítricos. El resultado es un tejido vitamínico que nutre la piel como una loción corporal no grasa. Esta idea innovadora tiene el potencial de aportar sostenibilidad a la industria textil, abordando la cuestión medioambiental de la producción de residuos de cítricos y creando oportunidades de empleo en tierras desfavorecidas.
Ventajas de este tejido ecológico.
- Se fabrica un producto sostenible aprovechando los desechos del sector de los zumos.
- Los diseñadores tienen la oportunidad de trabajar con un producto sostenible a nivel ambiental.
- Puede ayudar a crear conciencia a los consumidores finales.
- Es un ejemplo de ecología industrial.
- Disminuye los residuos sólidos.
- El producto es de calidad.
- Puede ser replicado en otros países de forma sencilla.
Orange Fiber sigue creciendo.
Orange Fiber es la primera y única marca del mundo en producir un material patentado a partir de subproductos de zumos cítricos, con el propósito de crear telas de calidad. Sus tejidos están formados por un hilo de celulosa de seda que se puede mezclar con otros materiales. En su forma más pura, el tejido 100% cítrico es súper ligero, tiene un tacto suave y sedoso, y puede ser opaco o iridiscente según las necesidades de producción.
Todo comenzó en 2011. Adriana Santanocito, especializada en diseño e innovación textil y Enrica Arena, experta en comunicación y marketing, estudiaban en Milán cuando inventaron la fibra naranja. Adriana, para su tesis, estaba llevando a cabo una investigación sobre un textil sostenible y enriquecido con vitaminas a partir de residuos de cítricos. Enrica, su compañera de piso en ese momento, abrazó la idea añadiendo a ella su experiencia en comunicación y marketing. La tesis se convirtió en un proyecto en el Politécnico de Milán, después del estudio de viabilidad, el equipo patentó la Fibra Naranja. Con el apoyo financiero de Trentino Sviluppo y la ayuda de dos business angels y un abogado, Orange Fiber se convirtió oficialmente en una innovadora startup con sede en Catania y Rovereto en febrero de 2014. En septiembre de 2014 se presentó el prototipo de Fibra Naranja en ocasión de la Expo Gate de Milán.
La empresa ahora cuenta con un equipo de 12 personas, pero tiene planes de expansión en el corto plazo. Opera desde una planta local de procesamiento de zumos, donde obtiene su material de desecho de forma gratuita.