¿Sabías que los aborígenes canarios se las “ingeniaban” para tener almacenes y “neveras” agrícolas? ¿Sabías que incluso se protegían contra las plagas en sus almacenes?
Los graneros colectivos son construcciones únicas en el archipiélago canario, no se conoce nada igual en otras islas, además eran espacios vitales para los aborígenes de Gran Canaria, pues no solo funcionaban para conservar y almacenar los alimentos más allá del ciclo de la cosecha, sino que su mantenimiento unía al grupo y garantizaba la supervivencia, tal como pudieron descubrir los internautas de la cuarta visita virtual al Patrimonio Histórico celebrada por el Cabildo.
Los estudios arqueológicos han probado que los aborígenes de Gran Canaria almacenaban sus alimentos en los graneros colectivos para conservarlos más allá del año que dura el ciclo agrícola, y por ello eran de gran utilidad para garantizar la protección y conservación de los alimentos.
La mayor parte de los silos presentan en su boca los restos de los acondicionamientos de su cierre, muy posiblemente con la ayuda de puertas de madera como la que fue identificada en una investigación arqueológica realizada en Temisas por el Cabildo de Gran Canaria.
La conservación de los alimentos
Los aborígenes observaban el medio que les rodeaba y creían que la mejor forma de conservación era la que mostraba la forma natural de la planta, por ello los cereales eran almacenados con cascarilla y la espiga sin trillar, los arqueólogos creen que era para ofrecer protección a los granos frente a los insectos. Los higos fueron centrales en la dieta de los aborígenes y son resistentes a la descomposición.
La cebada necesita poca agua y es un cultivo común en Gran Canaria. En los graneros colectivos los arqueólogos también han encontrado restos de trigo, lentejas, habas, espigas, dátiles, támara y fruto del mocán.
También han encontrado restos de gorgojos del trigo junto a hojas de laurel, pues esta planta se usaba como insecticida natural contra los insectos para que no acabaran con un volumen considerable de la cosecha.
Graneros fortificados y sin fortificar
Los intérpretes explicaron que hay dos tipos de graneros colectivos, los fortificados y los no fortificados, esta tipología podría estar relacionada con su antigüedad, ya que los primeros datan del siglo XI y los segundos del IX, lo que coincide con el desarrollo de la agricultura y de la supervivencia que los aborígenes habían adquirido como grupo.
El granero fortificado o inaccesible está ubicado en zonas de difícil acceso, lo que los hace fácil de defender, y un ejemplo de este tipo es el de La Audiencia o Cueva de Pósito que tiene orificio en el techo, lo que pudiera ser su acceso original.
Otros ejemplos de graneros fortificados son el de Cuevas Muchas, en Guayadeque, a pesar de parecer accesible y de tener un único acceso, su arquitectura interior es de difícil recorrido. Y otro es el que está ubicado en Acusa, el Granero del Álamo, ya que para acceder a este espacio se debe utilizar técnicas de escalada.
El segundo tipo es el granero no fortificado o accesible, generalmente están a pie de ladera, y su acceso es más sencillo, destacan el que existe en la Fortaleza y el de La Montañeta en Moya.