PRODUCCIÓN DE CALABACÍN Y BUBANGO EN CANARIAS
El cultivo de calabacín y bubango en Canarias ha logrado mantenerse estable y en crecimiento gracias a las condiciones favorables del archipiélago. Estas plantas, pertenecientes a la familia de las cucurbitáceas, se cultivan a lo largo de todo el año, con una producción que abastece casi el 100% del mercado interior. El calabacín, que requiere mucha iluminación y condiciones térmicas específicas, se cultiva en invernadero durante los meses invernales para asegurar su rendimiento.
En Canarias, se producen alrededor de 24.495 toneladas anuales de estas hortalizas, donde la variedad de bubango destaca por su importancia cultural y gastronómica. Esta variedad, seleccionada tradicionalmente por los agricultores canarios, es muy apreciada por su consistencia y sabor, lo que la hace ideal para platos típicos como el “puchero canario”. El bubango es más sustancioso y menos acuoso que el calabacín común, siendo preferido en muchas cocinas locales.
La evolución del cultivo en la región ha sido significativa, pasando de 300 hectáreas en 1990 a 474,2 hectáreas en la actualidad. Los principales municipios productores en Tenerife son Buenavista del Norte, Arico, Granadilla de Abona y La Laguna, con superficies dedicadas que varían entre 20 y 40 hectáreas por municipio. Las variedades más comunes son el “Clarita” y “Santa Lucía” para los frutos alargados, y “Geode” para los redondos. Además, se han introducido recientemente híbridos como el “Zucchini” y el “Belor”, típicos del mercado peninsular.
El bubango, a diferencia del calabacín, es 100% de origen local, mientras que el 93% del calabacín comercializado en Canarias proviene de producción interna. A nivel económico, los precios oscilan entre 0,25 y 2 €/kg para el calabacín, y entre 0,60 y 2,75 €/kg para el bubango, dependiendo de la estacionalidad y las condiciones meteorológicas.
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