PELIGROS PARA LOS CULTIVOS DE FRESAS EN CANARIAS
El cultivo de fresas en Canarias, aunque es una actividad agrícola rentable, enfrenta una serie de peligros que pueden afectar su productividad y calidad. Las condiciones climáticas particulares de las Islas, junto con las amenazas biológicas y las prácticas de manejo, son factores clave que los productores deben considerar.
Uno de los principales riesgos es la presencia de plagas, como los ácaros, pulgones y la mosca de la fruta, que pueden dañar tanto las plantas como los frutos, reduciendo la cosecha y la calidad. La alta humedad relativa de algunas zonas canarias favorece la proliferación de hongos y bacterias, provocando enfermedades como el oídio, el mildiú y la podredumbre gris, que afectan las fresas y pueden causar pérdidas significativas.
Otro peligro para el cultivo es el estrés térmico, provocado por las temperaturas extremas, especialmente durante los meses más cálidos. Las fresas requieren un clima moderado y temperaturas estables, por lo que el calor excesivo puede dañar las plantas y reducir su rendimiento. Además, el riego inadecuado o la falta de control en la calidad del agua puede comprometer el desarrollo de las plantas y propiciar enfermedades del suelo.
El manejo incorrecto del cultivo, la falta de fertilización adecuada y la escasa rotación de cultivos también pueden afectar la productividad de las fresas en Canarias. A fin de mitigar estos riesgos, los agricultores deben adoptar prácticas de control integrado de plagas, monitoreo constante de las condiciones ambientales y técnicas de manejo agrícola sostenible para optimizar los cultivos de fresas y obtener cosechas saludables.
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