LOS PELIGROS DEL USO DEL COMPOST ORGÁNICO
En la actualidad hablar de “practicas responsables de agricultura” carece de sentido si no se analizan correctamente los escenarios que permiten otorgar un verdadero valor a la responsabilidad productiva, consciente de favorecer el sistema suelo-agua-planta-ambiente de una forma natural con un adecuado balance biológico, tomando en cuenta la sanidad real de los suelos de cultivo para la protección y bienestar de las plantas, así como de los seres humanos y animales que dependen de este poderoso pero frágil ecosistema.
El compostaje es un proceso importante de la gestión de residuos, que puede ser utilizado para el tratamiento de una variedad de desechos orgánicos, urbanos y lodos de plantas depuradoras entre otros diversos. Esto a través de un proceso de auto calentamiento natural, que implica la degradación biológica de la materia orgánica en condiciones aerobias. Sin embargo, estos procedimientos producen la liberación de bioaerosoles los cuales transportan microorganismos y sustancias nocivas al medio ambiente, lo que representa un potencial riesgo para la salud mundial.
El uso de compostas orgánicas como biofertilizantes tiene un alto riesgo biológico, químico y ecológico inherente, ya que en ellas se han identificado concentraciones muy importantes de metales pesados, así como una gran cantidad de toxinas derivadas del metabolismo microbiano, además de una significativa presencia de agentes patógenos para el ser humano y para las plantas en general.
Está comprobado que los procesos de elaboración de las compostas orgánicas pueden dar lugar a la emisión de bioaerosoles, conteniendo una alta cantidad de hongos y bacterias con concentraciones promedio de 104 -107 ufc/ m-3.
Recientes investigaciones sobre valoración del riesgo, han demostrado que la elaboración de compostas orgánicas incrementan seriamente los índices de contaminación biológica del aire, principalmente por la diseminación de bacterias y hongos. Además, se ha establecido una correlación entre la exposición de los bioaerosoles generados por el composteo y la aparición de casos de gastroenteritis, fiebre, problemas respiratorios, infecciones en la piel e irritación de ojos entre otros problemas de salud, tanto en zonas rurales como urbanas.
La principal causa de lo anteriormente expuesto se debe a que las compostas contienen principalmente desechos orgánicos que sirven de sustrato para el crecimiento de diversos tipos de hongos. Algunos de éstos hongos tienen la capacidad de sintetizar micotoxinas que provocan serias afectaciones en la salud humana y animal; estas afectaciones pueden ser de tipo agudo o crónico, ocasionando supresión del sistema inmunológico y fallas orgánicas en los sistemas vitales del ser humano y animales, siendo las principales micotoxinas presentes en las compostas orgánicas la zearalenona, ocratoxina A y toxina T-2.
Las micotoxinas constituyen un grupo de metabolitos de alta toxicidad producidos por diversas especies de hongos y pueden contaminar los alimentos. Estos metabolitos ejercen su efecto principalmente por ingestión y provocan en el hombre y en los animales disturbios en la salud denominados micotoxicosis.
La exposición a las micotoxinas, así como a otros metabolitos volátiles sintetizados por muchos hongos que se desarrollan en las compostas orgánicas, han sido asociados con carcinoma hepatocelular y otras afectaciones en el hígado, por mencionar algunas.
Las micotoxinas constituyen un problema a nivel mundial por su alta incidencia y niveles de ocurrencia en los alimentos para humanos y animales, siendo las compostas orgánicas las que brindan las excelentes condiciones de colonización de los sustratos por hongos micotoxigénicos así como para la síntesis de toxinas.
Diversos hongos pueden desarrollarse durante la producción y aplicación de las compostas, entre ellos el Aspergillus ochraceus tiende a ser frecuentemente identificado. Este hongo sintetiza y libera una neurotoxina llamada ocratoxina, la cual tiene una gran estabilidad estructural mostrando una fuerte resistencia a los tratamientos térmicos durante la elaboración de las compostas, teniendo efectos nefrotóxicos, inmunosupresores, carcinogénicos y teratogénicos.
La toxina T-2 es un tipo de micotoxinas sintetizada por algunas especies de Fusarium. Dicha toxina es fácilmente absorbida por la piel y mucosas, y una vez que ingresa al organismo es metabolizada hasta formar la toxina HT-2, la cual produce la inhibición de la síntesis proteica, por lo que tiene un efecto citotóxico.
La zearalenona, también conocida como F-2 o ZEN, es una micotoxina producida por diversas especies del género Fusarium, principalmente por Fusarium graminearum y Fusarium culmorum, hongos capaces de adaptarse a diferentes condiciones de crecimiento. Se trata de una importante toxina que causa intoxicación severa en animales. Es una lactona del ácido 6-[10-hidroxi-6-oxo-trans-1-undecenil]-B-resorcíclico, clasificada de acuerdo con su origen biosintético, como un nonacétido dentro del grupo de los policétidos de las micotoxinas.
La zearalenona es rápidamente absorbida en el organismo, posteriormente metabolizada a través de reacciones de hidroxilación, dando lugar al α-zearalenol y al β-zearalenol. Estos compuestos presentan actividad estrogénica mediante mecanismos de competitividad con los estrógenos, activando y desactivando sus rutas metabólicas, lo cual induce hiperestrogenismo. Este hiperestrogenismo tiene una serie de consecuencias como el aumento del útero, hipertrofia de la vagina, vulvovaginitis, mamitis, desarrollo precoz de mamas, trastornos del ciclo menstrual, cambios patológicos en los ovarios, falsos embarazos, abortos y esterilidad; hipertrofia de glándulas accesorias y desarrollo de características secundarias femeninas en los machos. Además, induce afectaciones en diversos órganos, pero principalmente en el hígado con subsecuente progresión de hepatocarcinoma.
La zearalenona es sintetizada a partir de moléculas la glucosa, bajo condiciones de más de 30% de humedad y temperaturas superiores a los 25 °C. Por lo general, estas condiciones físico-químicas están presentes durante la elaboración de las compostas orgánicas, por lo que sirven de matriz para la síntesis de estas micotoxinas.
Es por ello que el productor agroecológico hoy más que nunca tiene la responsabilidad de tomar decisiones que favorezcan realmente las prácticas responsables de la agricultura global, con el objetivo de evitar el deterioro y contaminación de los suelos de cultivo mediante el uso de soluciones y materiales incompatibles con la naturaleza de las plantas, de los animales y de los seres humanos.
Instituto de Investigacion Lightbourn AC
FUENTE: http://agriculturers.com/los-peligros-del-uso-de-las-compostas-organicas/