LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS, ALIADAS CONTRA LAS HAMBRUNAS DEL MUNDO
El panorama es preocupante. Según estimación de la ONU para el año 2050 habrá entre 2 y 3 billones bocas más para alimentar y el cambio climático, aseguran, socavará la producción de alimentos en 2 por ciento por década. Ante esta situación la tecnología vuelve a ser la aliada principal, como ya lo hizo una vez mediante la creación de fertilizantes y la producción agrícola en serie. Estos cambios demandan un nuevo orden en la producción, distribución y consumo de alimentos para las próximas décadas.
Los recientes avances tecnológicos generaron, en los últimos años, la “agricultura de precisión”, lo que implica reunir datos en tiempo real y obtener información útil que puede especificar exactamente lo que se debe hacer en cada ubicación en un momento dado. Este sistema superó el tradicional del calendario predeterminado: el de siembra y recolección según la etapa del año.
“La agricultura de precisión puede transformar la industria alimentaria para ser más eficiente, menos costosa y más sostenible”, dijo Paul Chang, experto en la cadena de suministro global de IBM. Y agregó: “Mediante la utilización de plataformas para recopilar datos de sensores e integrarlos con análisis predictivos, la industria puede tomar medidas para maximizar el rendimiento, minimizar las pérdidas y garantizar prácticas sostenibles”.
Por su parte, Kai Goerlich, director de Investigación de Futuros Digitales de SAP, agregó: “Los avances digitales en tecnología son capaces de hacer la agricultura más productiva y puede ayudar a estabilizar los cultivos”.
“Los sensores y los análisis en tiempo real se pueden utilizar para optimizar la siembra, el cultivo, la recolección y el transporte de productos alimenticios”, dijo.
Esta tecnología permite que tanto las pequeñas y grandes granjas puedan monitorear de forma remota los sensores que detectan la humedad del suelo, el crecimiento de los cultivos y los niveles de alimentación del ganado, como también administrar y controlar remotamente su equipo de riego y combinar datos operacionales con información de terceros. De esta manera, se crean nuevas formas de mejorar el planeamiento operativo y se generan mejores herramientas para la toma de decisiones.
Además, los datos generados por estos sensores pueden mejorar el uso del agua a áreas donde la humedad del suelo ha caído en lugar de desperdiciar en aquellas que no lo necesitan.
“Un sistema de riego gestionado por IOT puede reducir considerablemente el consumo y, al mismo tiempo, aumentar los rendimientos”, comentó Will Yapp, vice president de desarrollo de Senet, una empresa especializada en sensores.
Además de los sensores, también existen otras tecnologías que servirán de gran ayuda. El uso de los drones en HD para captar imágenes precisión y los software de análisis que pueden mostrar las condiciones actuales de los cultivos y ayudar a los agricultores a tomar acciones para afectar la curva de crecimiento de los cultivos.
Tener al clima como aliado
Los datos meteorológicos -sumados a los del suelo- también serán fundamentales, ya que otorgan una idea exacta de cuándo y cuánto regar, o cómo aumentar el rendimiento de los cultivos mientras se reduce el uso de pesticidas y fertilizantes.
“El noventa por ciento de todas las pérdidas de cosechas se deben al clima”, agregó Carrie Gillespie, jefe de agricultura de The Weather Company, un empresa de IBM. De acuerdo a los expertos, esto es especialmente importante debido a que el cambio climático empieza, cada vez más, a afectar a los cultivos.
El uso de la tecnología de análisis y aprendizaje de máquinas también puede permitir la predicción de enfermedades y plagas y ayudar a los cultivadores a prevenir la pérdida de cultivos y ajustar el uso de productos químicos.
Esta práctica está siendo aplicada por Seven Springs Farm en Cadiz, Kentucky, que utiliza sistemas de software basados en la nube, alojados por el fabricante de tractores John Deere para mejorar el rendimiento de sus cosechas de maíz.
“La granja utiliza una aplicación para calibrar las compras de fertilizantes de acuerdo con las predicciones meteorológicas, reduciendo el escurrimiento”, explicó Goerlich de SAP, cuya compañía está involucrada en la iniciativa.
Por otro lado, integrar las previsiones meteorológicas ayuda a mejorar la logística de recolección y transporte. Por ejemplo, se puede predecir cuándo los campos se verán menos afectados por el peso del equipo de recolección y en qué zonas deben desplegarse – o no- los trabajadores. Lógicamente, una vez en camino también se puede predecir qué rutas y caminos de distribución se verán afectadas por la lluvia.
“Una gran cantidad de alimentos se arruinan durante la distribución, por lo que es importante transportar los alimentos a la temperatura adecuada y no mantenerla durante más tiempo de lo necesario”, comentó Gillespie a la páginas especializada The Crunch.
Alimentos 3D
La impresión de alimentos 3D es una realidad. Para algunos especialistas, en un futuro próximo, cada hogar podrá producir su comida.
“La tecnología de impresión 3D constituye la oportunidad perfecta para eliminar las ineficiencias en el mercado de alimentos al reducir drásticamente el deterioro de los alimentos durante la cadena de suministro, al tiempo que refuerza la capacidad del consumidor de personalizar según sus deseos y necesidades”, dijo Jordan French, CMO en BeeHex, empresa de impresión de alimentos 3D.
“Mirando hacia el futuro, la tecnología de impresión 3D proporcionará al mercado de alimentos un puente directo desde la producción hasta el consumo”, agregó.
Esta tecnología también podrá contribuir a no desperdiciar alimentos. En vez de soportar largos viajes, los frutos -por ejemplo- se convierten en micronutrientes en polvo inmediatamente después de la cosecha, lo que permitirá transportarlo sin riesgo de descomposición.
En el pasado los adelantos técnicos ya generaron las herramientas para luchar contra la hambruna y, lógicamente, las nuevas tecnologías también lo harán. Solo será cuestión de tiempo para ver cómo se aplica cada uno y si realmente estará allí la solución.