Investigan restos de un árbol fosilizado hallado en La Aldea (Gran Canaria). Supera los 10.000 años de antigüedad y puede ser el resto vegetal más antiguo de Canarias.

La Asociación Foro Roque Aldeano desveló este viernes el hallazgo de restos del tronco de un árbol, parte de ellos fosilizados, en las obras de construcción de la nueva carretera a La Aldea, entre El Risco y Agaete. La pieza, que fue hallada el día 22 de marzo en la boca sur del túnel de Guguillo, ya ha sido retirada para proceder a su estudio, pero por la información aportada a Roque Aldeano por varios geólogos, podría tratarse de un «hallazgo interesante» de «miles de años de antigüedad». Siempre según sus datos, «se trata de un tronco de aproximadamente un metro de longitud y de unos veinticinco centímetros de diámetro, muy bien conservado y que posiblemente podría corresponder a una sabina, ya que por entonces era el árbol predominante en la zona» donde fue encontrado.

Vista del fragmento de tronco hallado más otros dos trozos menores. / JUAN CARLOS ALONSO

Vista del fragmento de tronco hallado más otros dos trozos menores. / JUAN CARLOS ALONSO
 
 

El colectivo ha mostrado su preocupación por la posible incidencia de este descubrimiento en la buena marcha de los trabajos, pero desde la Consejería de Obras Públicas del Gobierno regional hacían hincapié este viernes en que de ninguna manera las obras están paralizadas y que, en todo caso, solo se ha dejado de perforar en esa boca sur donde apareció el tronco, decisión que adoptó la dirección técnica de este proyecto en cumplimiento de la normativa vigente. En el resto de los seis túneles se sigue trabajando al ritmo previsto, incluido en ese de Guguillo, donde se sigue perforando por la boca norte. Además, apuntan que las previsiones pasan por poder reanudar también las faenas en ese punto concreto, en la boca sur, a mediados de la próxima semana, que es cuando se prevé que se disponga del informe de Medio Ambiente del Cabildo que previsiblemente permitirá continuar con las obras. Al tratarse de un resto paleontológico y no arqueológico, es competencia del órgano medioambiental insular.

Esos mismos geólogos consultados por Roque Aldeano sostienen que este hallazgo va a permitir ahondar en los estudios sobre la antigua flora que existía en la zona norte de Gran Canaria durante el Pleistoceno, hace más de 20.000 años de antigüedad, por lo que reparan en el hecho de que estas obras, «tan injustamente criticadas», están contribuyendo al estudio fitogeográfico de la isla.

 

El día del hallazgo acudió un inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo, pero tras comprobar que no había más restos, advirtió de que la competencia era de Medio Ambiente. La pieza la custodia Arqueocanaria, empresa contratada para el seguimiento arqueológico de las obras de la carretera.

Tronco hallado, con parte de sus restos fosilizados. Las llaves se toman como referencia para dar idea del tamaño de la pieza descubierta.

Tronco hallado, con parte de sus restos fosilizados. Las llaves se toman como referencia para dar idea del tamaño de la pieza descubierta. / C7

Fue un operario que estaba picando con una máquina el que advirtió que allí había algo raro y de color oscuro. La UTE que hace las obras alertó a Arqueocanaria, que a primera vista comprobó que al menos parte de los restos correspondían a un fósil. No obstante, no todo está fosilizado. De hecho, Roque Aldeano ha tenido conocimiento de que «se van a analizar trozos del árbol mediante el isótopo carbono-14 para calcular su edad y especie», y eso es posible porque también conserva restos de madera, sin fosilizar

 

En principio, y según ha podido averiguar también Roque Aldeano, este túnel de Guguillo, que tendrá 604 metros de longitud, en la vertiente sur del valle de El Risco, atraviesa una zona de depósitos de deslizamiento de ladera del macizo montañoso, por lo que se baraja como hipótesis que un día se produjo un corrimiento de materiales que se llevó por delante el árbol hallado, «con la suerte de que se quedó en un ambiente con arcilla y protegido de pudrimiento». Ese derrumbe de la ladera pudo producirse antes de la última glaciación, en el Pleistoceno.

 
 
 
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