El 42% de las frutas y verduras en España tiene restos de plaguicidas
El 41,69% de las frutas y verduras que se consumen en España tiene residuos de plaguicidas, según un análisis de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) con 2.700 muestras tomadas en 2018. A partir de estos datos, Ecologistas en Acción concluye que el pimiento y la manzana encabezan el ranking de alimentos con más tóxicos, habiéndose encontrado hasta 33 y 31 pesticidas distintos en cada uno de ellos. “Algunos de estos pesticidas son disruptores endocrinos, que alteran nuestro desarrollo hormonal, pero se siguen usando y acaban en nuestro plato”, explica Koldo Hernández, coordinador del informe Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores de la organización ecologista. El Ministerio de Consumo destaca que en ningún caso se superan los límites de seguridad alimentaria.
“Hay una serie de pesticidas en los que nos centramos, que son disruptores endocrinos, que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal. Este tipo de tóxicos funcionan en concentraciones muy bajas, y cada vez hay más científicos que vienen a decir que para este tipo de tóxicos no existe un valor umbral por debajo del cual se producen efectos adversos”, denuncia Hernández.
El análisis de la ONG concluye que los alimentos españoles contienen al menos 36 pesticidas con capacidad de alterar el sistema hormonal según el criterio de la organización Pesticide Action Network Europe, un número que se eleva a 72 si se tiene en cuenta el criterio del último documento de trabajo sobre el tema de la Comisión Europea. Además, se han detectado dos sustancias prohibidas, DDT y endosulfán, que aunque en general ya no se usan pueden permanecer en la tierra, y también son disruptores endocrinos.
Los resultados del análisis muestran que el porcentaje de incumplimiento de España, es decir, de muestras con residuos por encima de los límites máximos permitidos para la salud, fue en 2018 de 2,1%, lo que supera la cifra de 2017 (1,8%), mientras que en la UE el incumplimiento fue del 4,1% en 2017 y del 4,5 % en 2018. “Nuestro estudio no se centra solo en el grado de incumplimiento, sino en todos los pesticidas que aparecen en los alimentos. Un alimento no suele tener un suelo residuo, sino varios. La legislación europea obvia es el posible efecto por la combinación de este tipo de tóxicos, aunque no se superen los límites máximos de residuos la presencia de varios tipos diferentes de pesticidas constituye algo incontrolado que no se evalúa”, critica el ecologista.
Así, en los pimientos se han encontrado residuos de 33 plaguicidas, 13 de ellos disruptores endocrinos; en las manzanas, 31 (11 disruptores); mientras que en las uvas hasta 41 (9 disruptores). La ONG destaca que los programas de control de residuos de plaguicidas en alimentos, como el que lleva a cabo la AESAN, no analizan todas las sustancias en uso y solo se analizan un número limitado de plaguicidas en cada alimento. Por ello es posible que algunos alimentos contengan más residuos de diferentes plaguicidas que los que muestran los datos.
“Es recomendable lavar la fruta y la verdura siempre, pero hay una serie de pesticidas como el glifosato que son absorbidos por las raíces y se encuentran dentro del vegetal. Además, no hay ninguna obligación de etiquetado con los pesticidas, por lo que el consumidor desconoce los que se han usado en el proceso”, señala Koldo Hernández. Ecologistas en Acción pide a las administraciones prohibir los plaguicidas con capacidad de alterar el sistema endocrino, transformar el sistema agrario industrializado dependiente de pesticidas a un sistema agroecológico y facilitar la producción, distribución y acceso a productos libres de pesticidas.
El Ministerio de Consumo, de quien depende la AESAN, destaca que en ningún caso se superan los límites de seguridad alimentaria. “Estos límites vienen fijados por la autoridad europea en materia alimentaria (EFSA) para cada plaguicida. Los Estados no pueden ni fijar ni transgredir esos límites. En el caso español, como no puede ser de otra forma, se cumplen los límites señalados conforme a criterios científicos por la EFSA”. Además, el departamento que dirige Alberto Garzón recuerda que la Estrategia europea De la Granja a la Mesa establece como objetivo la reducción, para el año 2030, del uso de los plaguicidas en un 50%. “España articulará los mecanismos para cumplir con este objetivo”, señala un portavoz de este departamento.