CORCHO PARA VESTIR CASAS

El corcho vive una segunda juventud en la vivienda. En los últimos años se ha desprendido de la imagen de material anticuado y de segunda categoría y ha retomado el protagonismo que alcanzó en la década de los ochenta como revestimiento decorativo de suelos y paredes.

Es un producto natural, sostenible y ecológico y eso le ha hecho ganar puntos para cierto segmento de la población. “Actualmente está en expansión, principalmente debido a la concienciación por parte del público de la necesidad de envolverse de ambientes y materiales lo más naturales posibles y a la necesidad de combatir alergias y afecciones respiratorias”, señala Jaime Palet, director comercial de Barnacork.

El proceso de extracción del corcho de la corteza del alcornoque se inicia cuando el árbol alcanza los 35 o 40 años. A partir de ese momento se realizan descorches o sacas sucesivas durante toda la vida del árbol, que suele estar entre 250 y 300 años. “Este proceso no daña al alcornoque que es capaz de regenerar completamente la corteza cada 9 o 10 años dependiendo de las zonas. De esta forma, obtenemos un producto natural, sin dañar el árbol, manteniendo un ecosistema sano y durante un periodo muy largo de tiempo”, explica Palet.

Ecológico, moderno, estético y versátil son algunos de sus atributos como material de decoración para paredes de interior en salones, habitaciones de niños, baños y cocinas. Para vestir paredes se tiene que colocar con cola de contacto, ya sea en rollos o en planchas. En pavimentos, “no solo existe la baldosa tradicional pegada, sino que tenemos tarimas flotantes de corcho que se instalan mediante sistema de clic sobre el suelo existente”, indican en Madrid Forest. Esta firma acaba de traer a España los organic blocks, un diseño que ha ganado varios premios en EEUU. Se trata de cinco modelos geométricos de corcho y tintes ecológicos para interiores, cuyo coste es de 160 euros por metro cuadrado.

Al margen de diseños especiales, el precio de este material es algo más barato que el de la madera o la porcelana. “Puedes encontrar corchos desde cinco euros el metro cuadrado hasta 40 euros, dependiendo de si es para pared o para suelo, de la densidad, el grosor o la complejidad del acabado decorativo”, apuntan en Barnacork. Aunque la oferta de los fabricantes abarca una amplia gama de colores, tonos y acabados (barnizado, encerado o pintado), el cliente que busca este producto suele decantarse por el color natural del corcho.

Pero si algo es este material es un buen aislante térmico, acústico y antivibratorio, tanto para fachadas y cubiertas como para interiores. Es uno de los más eficientes para prevenir la fuga de energía y reduce el ruido de los pasos hasta en un 53% gracias a su estructura de nido de abeja compuesta principalmente de aire, lo que hace posible absorber el sonido y la vibración.

Aunque su efectividad va a depender del grosor. “Un corcho de cuatro milímetros cambia la sensación térmica de la pared, pero para que varíe la temperatura interior serían necesarios tres o cuatro centímetros de espesor”, analiza Palet.

Actualmente, y si nada lo remedia, su uso como elemento aislante se centra en la rehabilitación y obra nueva de viviendas unifamiliares. “Su aplicación en un bloque de pisos es prácticamente imposible porque es más caro que el poliestireno y los vecinos no se pondrían de acuerdo”, añade Palet.

FUENTE: http://economia.elpais.com/economia/2016/06/23/actualidad/1466700451_547017.html

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