CENTENO HÍBRIDO, EL CEREAL DE OTOÑO EN AUGE

José Cruz y sus hijos cultivan unas 2.000 hectáreas de cebada, guisantes y centeno híbrido, un cultivo que poco a poco está dejando de ser marginal y se está erigiendo como la estrella de su explotación, dividida entre los términos de Campo Real, Valdilecha, Velilla de San Antonio, Arganda del Rey, Loeches, Perales de Tajuña y Pozuelo del Rey, todos en la Comunidad de Madrid.

El centeno híbrido tiene como característica principal un alto rendimiento, hasta el punto de incluso duplicar la producción del centeno convencional, y ha llegado a producir hasta 9.000 kg/ha en regadío. Otra de sus características es la capacidad de ahijamiento de la semilla, que desarrolla una profunda raíz principal que se adapta muy bien a todo tipo de suelos.

Por ello, esta empresa familiar que cuenta con unos veinte empleados empezó a sembrar centeno híbrido hace seis años, allá por 2010, en 100 hectáreas de su explotación. “En esta zona de Madrid somos los únicos que lo cultivamos”, apunta José Cruz, aunque es cierto que en otras zonas como Castilla y León las hectáreas dedicadas a este cultivo han aumentado desde unas 87.000 en 1998 a más de 106.000 en 2012.

En concreto, en Valdilecha, Cruz tiene una parcela de unas 50 ha con este cultivo sobre los restos de la cosecha de triticale del año anterior. Además de centeno, también siembra unas 200 ha de cebada de las variedades Traveler y Farandole y entre 400 y 500 ha de guisantes de las variedades Madonna y Navarro.

Lo que comenzó siendo una prueba contra los hongos que afectan a los cereales de otoño, en especial la roya, ahora ha pasado a conformar prácticamente la mitad los cultivos que se llevan a cabo en la explotación, unas 850 ha, dando unos “magníficos resultados”, afirma Cruz. Comenzó a cultivar este tipo de centeno con la variedad Fugato, pero ahora se ha decantado por las nuevas variedades de Cecosa Semillas: Hellvus (de la que cultiva 250 ha) y Allawi (que conforman el resto de su terreno cultivado con centeno híbrido).

Con este tipo de cereal consigue una mayor y más estable producción, dada por una fecundación superior a las variedades de centeno convencional, ya que cuajan más granos por espiga.

“Ahora mismo, de todas las cosechas, ésta es la mejor. En unas parcelas de media-baja calidad, supera en producción a la cebada en un 40 o incluso en un 50%”, explica. Además, se trata de un cereal “todoterreno”, manifiesta el agricultor. “Aquí lo tenemos sembrado en un suelo calizo, pero se adapta muy bien a todo tipo de suelos”, matiza.

Según cuenta Cruz, “los mejores rendimientos se dan en las zonas con tierra de peor calidad, donde dobla o incluso triplica la producción de la cebada sembrada en las mismas condiciones, mientras que en suelos de primera calidad, la producción es similar en ambos cultivos”.

Asimismo, dentro de esta característica “todoterreno”, el centeno híbrido se puede sembrar detrás de cualquier cultivo, no necesitando que la parcela donde se ha sembrado se someta a barbecho. “Llevamos sembrando esta parcela dos años seguidos y los resultados a primera vista se pronostican tan buenos como el primer año”, vaticina.

Este tipo de cultivo también se caracteriza por los bajos costes de labor y la reducida dosis de siembra, al igual que por su poca exigencia en el ámbito del riego. En concreto, José Cruz realiza un mínimo laboreo en su explotación, donde con un chísel remueven superficialmente la tierra y la mezclan con los restos de paja que quedan de la siembra anterior. Estos restos, junto a los lodos de las depuradoras que sacan de su trabajo a terceros, conforman el único abonado que Cruz aplica en sus cultivos de centeno híbrido, muy poco exigente en fertilización, lo cual permite ahorrar costes.

Esta siembra debe hacerse de forma temprana. Según el agricultor, es prácticamente el único requisito para tener éxito en este cultivo: una siembra que ronde las fechas de finales de septiembre y primeros de octubre. Junto a este requisito está el de eliminar las malas hierbas, que es “imprescindible”. “Si no se eliminan las malas hierbas el cultivo, la producción puede reducirse hasta la mitad”, advierte el agricultor.

El objetivo de esta siembra temprana es darle tiempo al centeno híbrido para que pueda realizar su desarrollo vegetativo, que tarda un mínimo de seis semanas y debe llegar antes del paro invernal, pese a que el cultivo tiene una resistencia importante a las inclemencias meteorológicas. Este desarrollo vegetativo comprende desde el momento de siembra, en el mes de octubre, hasta el ahijado, cuando el centeno se queda a una altura de unos cuatro dedos.

Desde ese momento hasta que comienza el crecimiento fuerte, a últimos de marzo, el centeno hace raíz. Durante el mes de abril, se produce el espigado y finalmente se cosecha a finales del mes de junio.

Tras este periodo de crecimiento vegetativo, pasado el invierno llega el periodo de reproducción, que abarca desde el encañado hasta la terminación del espigado. Es en este punto del crecimiento del centeno cuando ya pasa a medir entre 50 o 60 centímetros y se “apodera” de los nutrientes del suelo, por lo que “no deja que las malas hierbas compitan con él”, explica el agricultor. Además, el centeno híbrido es resistente a las enfermedades y las nuevas variedades aportan mayor resistencia a las afecciones criptogámicas.

Tras el periodo de reproducción llega el de maduración, con el final del espigado y hasta que el centeno está a punto para la cosecha, lo que suele pasar sobre el mes de junio. “A pesar del aparatoso crecimiento del centeno híbrido, se cosecha mucho mejor que el trigo o el triticale”, matiza Cruz.

En cuanto a la producción media de la explotación, en cebada suelen cosechar unos 4.000 ó 5.000 kg/ha, cifra que esperan rondar en esta campaña, mientras que en guisantes esperan cosechar unos 3.000 kg/ha. En cuanto al centeno, José Cruz afirma que “siempre produce en un mímimo de 300 kg/ha más que la cebada y el trigo”, lo que sitúa su producción media en torno a los 4.500 ó 5.000 kg/ha.

A la hora de comercializarlo, este cultivo suele usarse mayormente para la industria harinera, pero como centeno de caña dulce también es muy recomendable para la alimentación de animales, según cuenta José Cruz, ya que lo comen muy fácilmente.

“Hay unos tiempos que respetar para que la cosecha produzca lo máximo”, dice José Cruz, “pero si se pudiesen ampliar estos márgenes de siembra, sembraría todo lo que me permitieran con centeno híbrido”. Este cultivo, cada vez más en auge, poco a poco está dejando de ser marginal y utilizado en suelos pobres para pasar a ocupar los mejores terrenos de las explotaciones. Además, su buen rendimiento y las pocas exigencias del cultivo hace que sea uno de los favoritos de los agricultores.

FUENTE: http://www.innovagri.es/comunidad/el-centeno-hibrido-el-cereal-de-otono-en-auge.html

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