La Apicultura. Un enjambre de posibilidades.
El concepto de apicultura nos transporta a una actividad milenaria de carácter familiar que se realiza de manera tradicional en un entorno natural.
A pesar de cumplir, normalmente todos estos adjetivos, también podemos indicar qué ha evolucionado a lo largo de los años de manera favorable, adaptándose a las nuevas tecnologías y a los nuevos procesos de producción.
Como definición, sabemos que la apicultura hace referencia a la dedicación y crianza de colmenas de abejas con el fin de obtener beneficios con la venta de los productos agroalimentarios obtenidos, los cuales pueden ser cera, polen y por supuesto, la ansiada miel. Forma parte del sector primario, aunque cuando hablamos de él, resalten más otras actividades referentes la agricultura y la ganadería
La apicultura profesional
La apicultura como profesión, requiere un alto nivel de especialización: El estudio inicial de la estructura de la colmenas es esencial para entender su funcionamiento y por tanto su rentabilidad.
Las comunidades de abejas se rigen por una estricta jerarquía social donde las funciones de cada colectivo son esenciales para el desarrollo del proceso. La mayoría de las abejas que conforman una colmena son abejas obreras y se encargan de realizar gran parte de las tareas imprescindibles, como pueden ser la construcción del interior o la regulación de la humedad.
El reparto de labores podría ser equiparable a la cadena de montaje de una fábrica.
Ser apicultor es un trabajo que requiere una inversión importante, tanto económica como de la cantidad de tiempo que requiere su mantenimiento.
La adquisición y uso de materiales apícolas que no afecten a la producción incluye una lista de detalles a tener en cuenta.
Dado que la actividad se realiza al aire libre, todos los materiales deben ser altamente resistentes a las condiciones climatológicas de la zona. Como por ejemplo la resistencia a temperaturas extremas, rayos ultravioletas, etc.
En cuanto a las pinturas y esmaltes se recomienda que sean ecológicos para evitar la contaminación de la actividad y por tanto del producto final.
La constante revisión de las colmenas evita la aparición de grietas y hongos, para mantener la la limpieza y la desinfección de lugar, y debe realizarse con cada cambio de estación teniendo también en cuenta la temporada alta de producción.
Según informes del Ministerio de agricultura, pesca y alimentación, en los últimos años el sector apícola ha vivido en una constante evolución ampliando el número de explotaciones disponibles en el territorio español donde también podemos observar que existen cambios relacionados con la actividad según la comunidad autónoma donde se realice.
La apicultura es un excelente ayudante para la conservación del medio ambiente debido a la participación de las abejas como agentes naturales del entorno.
Ya que hemos entrado en materia con el curioso mundo de las colmenas, continuaremos aportando una mayor información sobre este tema tan interesante.