BIOPONÍA: GUÍA DEL USUARIO

Ahorrar agua y fertilizantes, eliminar el transporte a larga distancia e incrementar la producción de comida de buena calidad son preocupaciones importantes que la hidroponía puede ayudar a solucionar.

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En todos lados, y especialmente en las grandes ciudades, van apareciendo cultivos verticales, huertos urbanos, paredes vegetales, granjas hidropónicas comunitarias, familiares y de autoproducción. Conforme más gente se siente atraída por las ventajas y aplicaciones de la hidroponía, la cuestión del cultivo orgánico hidropónico gana interés, es lo que llamamos bioponía. En pocas palabras, la bioponía lleva la “tierra” o mejor dicho, lo que contiene la tierra, a la hidroponía: no solo nutrientes sino también vida. Como podéis imaginar, es más fácil decirlo que hacerlo. William Texier, quien inventó la bioponía en 2004, necesitó muchos años para desarrollar un fertilizante adaptado y un concepto que realmente funcionase. ¿Cómo mantener viva la necesaria microbiología en un entorno hidropónico? Estas cuestiones surgen porque esta tecnología es nueva pero muy atractiva. Algunos cultivadores tienen sus dudas, pero también recibimos testimonios periódicos de horticultores que se decidieron a probarlo y están encantados con los resultados.

¿Cómo funciona?
Sabemos que las plantas se alimentan con sales minerales en forma de iones con carga eléctrica crezcan donde crezcan. En hidroponía las alimentamos con una fórmula de sales en forma de iones disueltos con oxígeno, que están inmediatamente disponibles para su absorción. En la tierra, la comida proviene de la descomposición biológica de la materia orgánica y de la rotura y disolución de rocas y arenas que realizan los microorganismos del suelo, que liberan iones que las plantas pueden absorber.

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Para que sirva para hidroponía un nutriente debe ser diseñado con precisión, ser comprensible, líquido y completamente soluble. De hecho, en hidroponía es imperativo que una dieta completa de nutrientes esté inmediatamente disponible para su absorción, y que el sistema de riego no se obture para conseguir una óptima oxigenación de la solución nutritiva. Los abonos orgánicos tradicionales generalmente contienen grandes moléculas en diferentes estados de descomposición. Con el tiempo puede fermentar, oler mal y siempre acabará obturando el sistema de riego.

El concepto de bioponía consiste en reproducir, en sustratos sin tierra o en agua, las condiciones apropiadas para el crecimiento de las plantas que se dan en la tierra; en otras palabras reconstruir un microcosmos donde las plantas puedan vivir y desarrollarse. Para lograrlo necesitas un sistema hidropónico bien aireado y con una alta oxigenación, un nutriente hidropónico y Trichoderma harzianum, un hongo especializado en descomponer materia orgánica. Tu objetivo y desafío, es crear una sinergia entre los distintos elementos de modo que puedan mantener la vida gracias a sus procesos de transformación naturales.

¿Cómo empiezo con la bioponía? El primer factor clave: el nutriente adecuado

Un importante factor en la bioponía es lograr un sistema hidropónico dinámico, con una fuerte circulación y un flujo dinámico. Los altos niveles de oxígeno beneficiaran a tus plantas y a los microorganismos que vivan en él.  La elección del sistema es también importante ya que el tipo de sustrato que contenga determinará de qué forma debes cuidar de tus microorganismos, como veremos a continuación.

Bioponía

Lo más importante, y de hecho es el primer factor sin el cual la bioponía sería imposible, son los nutrientes. No todos los fertilizantes son adecuados para la bioponía, incluso aunque sean orgánicos o estén certificados como ecológicos. De hecho, un nutriente biopónico debe fabricarse con elementos derivados de fuentes orgánicas certificadas (si se quiere cumplir con las regulaciones y obtener una certificación). Debe ser un abono preciso, completo, líquido y muy soluble. Es una solución compleja de iones ya disueltos, de origen orgánico, y moléculas de mayor tamaño que se descomponen rápidamente (en un par de días), lo que garantiza la disponibilidad continua de nutrientes desde el primer instante. Este rápido proceso de descomposición se activa y mantiene gracias a la introducción de un microorganismo especial en el sistema, un hongo que se alimenta del carbono de las moléculas orgánicas, liberando los iones unidos a ellas, que son justo lo que las plantas buscan.
Además del fertilizante puedes usar una serie de suplementos orgánicos y altamente solubles como azúcares varios, aminoácidos, humatos (sales de ácidos húmidos), etc. que mejoran el sabor, el aroma y la producción.

Segundo factor clave: los microorganismos

Aunque los fertilizantes para bioponía son muy solubles, siempre quedan partículas que deben ser descompuestas. Este es el trabajo de Trichoderma harzianum, el microorganismo más eficiente y fácil de encontrar para este uso. Es un hongo, muy activo y de manejo sencillo:

– Produce enzimas muy eficientes que disuelven la materia orgánica

– Libera sales minerales esenciales para la vida de las plantas

– Induce en las plantas resistencia sistémica a las enfermedades colonizando sus raíces.

– Compite con, y parasita, patógenos como Pythium, Fusarium, etc.

– Tiene una ventaja importante para nosotros los hidroponicistas: le gusta el mismo rango de pH que es esencial para nuestras plantas, entre 5,5 y 6,5.

Trichoderma harzianum, junto con muchos otros microbios, existe naturalmente en cualquier buena tierra. Pero si tu tierra es seca, pobre, frágil o simplemente está agotada, es recomendable añadir estos pequeños microorganismos junto con los fertilizantes para hacerla más fértil y productiva. En un sistema hidropónico, por supuesto, tienes que añadirlos tu mismo y, dependiendo del sustrato en el que estés cultivando, puedes tener que adaptar el hábitat a sus necesidades.

Para desarrollarse y multiplicarse, Trichoderma necesita vivir en un entorno limpio, aireado, bastante cálido, bien oxigenado y húmedo en todo momento. No todos los sustratos sirven para este uso, o al menos no muy bien. Hay tres grandes categorías principales comúnmente utilizados en hidroponía: sustratos que retienen agua como la fibra de coco o la lana de roca, sustratos que drenan como la lava volcánica, la perlita o las bolitas de arcilla y, por último, cultivar sin ningún sustrato, como en los sistemas de raíz desnuda.

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En un sistema hidropónico, por supuesto, tienes que añadirlos tu mismo y, dependiendo del sustrato en el que estés cultivando, puedes tener que adaptar el hábitat a sus necesidades.
Para desarrollarse y multiplicarse, Trichoderma necesita vivir en un entorno limpio, aireado, bastante cálido, bien oxigenado y húmedo en todo momento. No todos los sustratos sirven para este uso, o al menos no muy bien. Hay tres grandes categorías principales comúnmente utilizados en hidroponía: sustratos que retienen agua como la fibra de coco o la lana de roca, sustratos que drenan como la lava volcánica, la perlita o las bolitas de arcilla y, por último, cultivar sin ningún sustrato, como en los sistemas de raíz desnuda.
Con lana de roca o fibra de coco no debería haber problemas, simplemente añade las Trichodermas a la mezcla y vivirán felices y crecerán, siempre que tengan acceso inmediato a la comida. Las bolitas de arcilla, la perlita y la roca volcánica son sustratos drenantes: no mantendrán suficiente humedad. En este caso mezclamos entre el 10 y el 20 por ciento de fibra de coco con el sustrato antes de añadir la Trichoderma al sistema. El hongo se establecerá en la fibra de coco mientras las bolitas de arcilla mantienen el sustrato bien aireado.
Bueno saberlo:
Últimamente hemos descubierto una nueva marca de bolitas de arcilla, bastante grandes, rugosas y porosas, donde Trichocerma puede vivir y reproducirse sin fibra de coco. Nuestros experimentos tuvieron mucho éxito y ahora recomendamos su uso tanto en hidroponía como en bioponía.
Si estas cultivando en aero-hidroponía, con tan sólo unas pocas bolitas de arcilla y/o agua como sustrato, es imposible criar Trichoderma. Necesita el sustrato adecuado. Nosotros usamos un “biofiltro”, un aparato que puedes construirte tu mismo o comprar hecho. Los biofiltros se suelen usar para limpiar agua de desecho o aire contaminado y están perfectamente adaptados para la bioponía. Consisten en un contenedor con un filtro mecánico para retener los restos sólidos y mantener la circulación (puede servir una esponja), y un sustrato en el que se pueda establecer el hongo (nosotros usamos una roca sintética y porosa con forma de pequeñas estrellas, pero la roca volcánica también sirve). O lo puedes comprar preparado para bioponía.
Continuamos con bioponía. En la primera parte vimos la importancia de los nutrientes orgánicos para los sistemas biopónicos y como se complementan con hongos Trichderma. En esta segunda y última parte repasamos la importancia de los biofiltros en los sistemas de aero-hidroponía sin sustrato y el manejo de la solución nutritiva.
Los biofiltros son absolutamente imperativos en las versiones aeropónicas de los sistemas hidropónicos, pero los cultivadores también los utilizan en las versiones hidropónicas normales, ya que son muy eficientes. En el biofiltro también se pueden criar otros hongos y bacterias, dependiendo del resultado que busques (*).
(*) ¿Has oído sobre las mezclas de microorganismos que viven en los biofiltros? Suelen contener Trichoderma harzianum junto con otros hongos y bacterias. Suelen ser un poco caras si se comparan con Trichoderma y sería un gasto excesivo si sólo se usaran para descomponer materia orgánica. Nosotros las usamos para proteger el sistema de raíces cuando hay altas temperaturas, una tarea mejor adaptada a su coste.
Es preferible que evites colocar el biofiltro en línea ya que volverá más lenta la circulación. Cuélgalo dentro del depósito y deja la toma de agua dentro de la solución. Conéctalo a su propia toma eléctrica para que siga funcionando incluso cuando la unidad de cultivo esté apagada (por la noche, por ejemplo). Contrariamente a lo que decían informaciones previas no conviene añadir silicato en el depósito pues interferiría con la salud de los microorganismos. Y no te olvides de que a Trichoderma le gusta estár mojada y bien oxigenada en todo momento. Si se seca, se muere. Coloca la esponja y la roca porosa en el biofiltro y espolvoréala con microorganismos. Cada seis a ocho semanas rellena con nuevos hongos ya que el ciclo natural declina con el tiempo por lo que las nuevas adiciones siempre resultan beneficiosas.
En un entorno adecuado y con comida en cantidad, Trichoderma se reproducirá y desarrollará naturalmente. Es este punto es importante prestar atención a un fenómeno singular: Trichoderma harzianum, como muchos seres vivos, prefiere un ambiente estable. Evita los cambios bruscos en la temperatura, humedad, nivel de oxígeno, de nutrientes o de pH. Un pH demasiado bajo puede producir la muerte de gran cantidad de Trichodermas. Si notas una bajada brusca del nivel de pH comprueba los hongos a ver si han sufrido por las condiciones de estrés. Identifica y soluciona el problema y reemplaza la solución nutritiva antes de sembrar de nuevo microorganismos.

Tercer punto clave:

¿Cómo manejar una solución nutritiva biopónica?

Como la hidroponía, la bioponía es como un coche rápido que conduces a ojo, con visión a largo plazo, siendo la prevención y la anticipación las herramientas principales. También puedes usar el medidor de EC y pH pero no de la forma en que estás acostumbrado. Hay que entender el proceso que se desarrolla en un ambiente biopónico.
Electro conductividad (EC):
Aunque sea completa, una fórmula orgánica no mostrará los mismos valores de EC y pH que un nutriente mineral. De hecho, las moléculas orgánicas no tienen carga eléctrica y por tanto no son reconocidas por el medidor de EC. Cuando echas el nutriente en agua sólo una pequeña fracción se disuelve inmediatamente y se trasforma en iones por lo que la lectura de la EC es muy baja. El resto se descompone después.
Para evitar la sobrefertilización la idea es añadir los nutrientes progresivamente, en pequeñas cantidades, cada dos o tres días. Mientras se van liberando nuevos elementos nutritivos otros van siendo absorbidos por las plantas y la conductividad tiende a mantenerse en equilibrio en torno a los mismos valores. Cuando el stock de materia orgánica resulta insuficiente la EC cae. Es el momento de añadir nutrientes de nuevo.
Nivel de pH:
suelen añadir a los buenos fertilizantes minerales y que sirven para estabilizar los niveles de pH. Durante el cultivo puedes notar una cierta tendencia a subir en el nivel de pH. Pero el pH no es tan esencial en bioponía como lo es en hidroponía. Las plantas pueden tolerar un rango de pH entre 5 y 7 sin problemas por lo que no hay que andarlo ajustando continuamente. Evita los valores extremos y cuando uses productos para ajustar el pH, utilízalos a dosis homeopáticas asegurándote de que estén bien disueltos para cuando lleguen a las Trichodermas.

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Cultivadores felices:

Una vez asegurados nutrientes y microorganismos, y si sabes cómo manejar ambos factores correctamente en un ambiente sin tierra, no hay mucho más que hacer. Por supuesto, como siempre, ofrece a tus plantas un medio ambiente adecuado: niveles correctos de luz, temperatura, humedad, ventilación, etc. Asegúrate de que tu sistema no se obstruye y hay una buena oxigenación y circulación de la solución nutritiva. Mantén la vigilancia y aplica la prevención.

Aunque el concepto de bioponía todavía es nuevo se está expandiendo día a día. En diferentes países están surgiendo nuevos proyectos:

  • Una granja orgánica de tomates en la isla caribeña de San Bartolomé distribuye productos frescos cultivados en casa a hoteles y restaurantes turísticos. Mr. Xx empezó su pequeña granja hidropónica en 2008 utilizando bioponía. La pequeña estructura con la que comenzó se ha convertido en una rentable empresa de invernaderos, capaz de proveer a un número cada vez mayor de clientes con sus productos orgánicos.
  • En Alemania, Christian dedica su pequeño invernadero hidropónico a cultivar verduras y plantas de colección con dos métodos: nutrientes orgánicos por un lado y minerales por el otro. Ambos con igual éxito y placer. Pronto publicaremos un diaporama de su trabajo en nuestro blog. Visítalo.
  • Desde el año pasado, una compañía holandesa usa la bioponía a gran escala para probar los productos destinados a la industria de los invernaderos. Sus resultados cultivando lechugas son tan buenos que han decidido promover esta tecnología entre sus clientes. Pronto ofreceremos más información.
  • En Francia hay varias empresas nuevas que están construyendo paredes vegetales para decorar el interior y el exterior de viviendas. A menudo utilizan un fertilizante biopónico ya que algunos de sus clientes prefieren lo orgánico a lo mineral (visita mursvegetaux.com, la web está en francés).

Nos enteramos de estos proyectos por testimonios entusiastas. Debe haber muchos más de los que no sabemos nada. La única desventaja que yo le veo a la bioponía es si eres un productor comercial y quieres que tus cultivos sean certificados como orgánicos. Las agencias de certificación de productos orgánicos, al menos en Francia, no otorgan la etiqueta de ecológico a ningún producto biopónico, aunque lo cultives con un nutriente certificado como orgánico. Esto se debe a que la hidroponía no utiliza tierra.

Nuestro cliente de la isla de San Bartolomé ni siquiera trató de conseguir la certificación: él anuncia su cosecha como cultivada orgánicamente en hidroponía ya que, aparte del hecho de que no tiene la certificación, está usando una tecnología de bajo consumo de agua y produciendo en la isla alimentos frescos de alta calidad que, de otro modo, tendrían que ser importados de regiones lejanas, con lo que resultarían menos frescos y más caros. Está participando de la economía de la isla y creando puestos de trabajo en un país donde son muy buscados.

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Combinar hidroponía y técnicas de cultivo orgánico une lo mejor de los dos mundos. El cultivo hidropónico te permite cultivar plantas en cualquier latitud con cantidades reducidas de agua y nutrientes. Usando un circuito cerrado se evita que las sales minerales lleguen a los acuíferos subterráneos. Se consiguen mayores cosechas en superficies reducidas, ayuda a cultivar comida de buena calidad en zonas muy pobladas y reduce el coste del transporte y la contaminación. Basándose en los principios de la agricultura orgánica sostenible, la bioponía usa muy poco nitrato lo que reduce tremendamente la biomasa al mismo tiempo que favorece la floración y la fructificación. Esto genera un gran ahorro en agua y nutrientes, incluso mayor que con la hidroponía tradicional.

Investigando en internet sobre bioponía encontré algunas referencias y unos pocos blogs. Evidentemente la información todavía no está muy extendida. Algunos llaman bioponía al cultivo de plantas en simbiosis con peces. Esta técnica se suele llamar aquaponía, y aunque es similar, no usa el mismo proceso. En la bioponía no añadimos peces y en la aquaponía no se usan otros nutrientes aparte de los desechos de los peces. También encontré otras referencias sobre la bioponía, tal y como nosotros la entendemos, del doctor Luther Thomas de Utah. Parece que él y William Texier en Francia llegaron a las mismas conclusiones más o menos al mismo tiempo, lo que demuestra que las grandes ideas no entienden de fronteras.

FUENTE: http://agriculturers.com/bioponia-guia-del-usuario/

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