¿Sabías que en Gran Canaria existía una selva? ¿Has oído hablar de ella? Si la difundimos, quizá podamos revivirla entre todos, ¿no?
La Selva de Doramas era una gran zona boscosa de laurisilva que cubría el Norte de la Isla de Gran Canaria, Canarias, célebre por su exuberancia vegetal y por ser la morada de uno de los aborígenes más importantes de la historia de Canarias: Doramas. En la actualidad sólo queda una mínima representación de la Selva de Doramas, pero en otras como La Gomera, La Palma, o Tenerife quedan importantes extensiones de este tipo de bosque, así como en Madeira y Azores.
Desde un punto de vista natural, dicha formación boscosa se nucleaba en torno a lo que se conoce como «laurisilva», un conjunto de especies vegetales que toman su nombre de uno de sus principales componentes: el laurel. Además de ésta, destacan, por su porte y frondosidad, el barbusano, el palo blanco, el til, el marmolán, la faya, el viñátigo y otros. En la intrincada espesura del bosque de laurisilva conviven también numerosas especies vegetales de menor porte, como el bicácaro (canarina canariensis), símbolo vegetal de Canarias, así como numerosos animales, entre los que destacan aves como el canario de monte y la paloma rabiche. En el caso concreto de la Selva de Doramas, numerosos historiadores a partir del siglo XVI ensalzaron la grandiosidad y riqueza de este bosque canario, que llegó a ser identificado con un verdadero paraíso terrenal.
Desde un punto de vista histórico, la Selva de Doramas tiene una significación más profunda, pues no en vano era el refugio natural del guerrero Doramas, que presentó una feroz resistencia a la invasión castellana en torno al año 1478. A principios de la década de 1480, el insurgente canario desafía a Pedro de Vera a combate singular a las puertas de dicha selva en la llamada Batalla de Arucas. El cordobés Diego de Hoces acepta el desafío y es desbaratado por Doramas. Viendo a Hoces en apuros y traicionando las reglas del combate singular pactado, se lanzan el soldado Juan de Flores, que llegó junto a Doramas, procurando alcanzarle con la punta de su lanza; pero el valiente caudillo, esquivando el cuerpo, le quiebra la lanza y le rompe el cráneo con su maza, mientras otro soldado llamado Pedro López intenta atacarle con su espada sin conseguir herirle. A todo esto Pedro de Vera a caballo se lanza también al ataque. Aprovechando la confusión, Diego de Hoces lanzó su caballo e hirió a Doramas a traición por la espalda. Doramas se volvió rápidamente y de un revés le quebró la pierna izquierda; pero al hacer este movimiento quedó por un instante indefenso, y aprovechando Pedro de Vera esta sorpresa, le atravesó el pecho con su lanza. Doramas en la agonía de la muerte dirigiéndose a Pedro de Vera le dijo: “No eres tu quien me ha muerto, sino ese perro traidor que me atacó por la espalda”. Desde entonces el lugar se ha asociado a la figura de Doramas.
En la actualidad queda poco más de un 1 % de la extensión antigua de la Selva de Doramas. Del área de distribución original sólo restan núcleos aislados, como los Tilos de Moya, el Brezal del Palmital, Barranco Oscuro o Barranco del Laurel en Osorio. En este último lugar, el Cabildo de Gran Canaria lleva a cabo, desde hace años, importantes tareas de repoblación forestal.
En la toponimia actual de la zona se conserva el nombre de “Montaña de Doramas” (Moya), así como la denominación “Parque Rural de Doramas”, para una zona protegida en la que conviven zonas de cultivo semi abandonadas, pequeños núcleos boscosos y alguna construcción tradicional.